lunes, 30 de agosto de 2010

La Corte de Sodoma (Rollo II)



No se ha podido determinar si era la de damas o de caballeros. Lo que sigue es exclusiva responsabilidad del anónimo cronista.

Retomemos las últimas palabras del rollo primero:

"...No se habían aplacado aún las sonoras protestas de los fundamentalistas ya nombrados en esta verdadera crónica cuando la designación de Zafir, que Kirken, en acuerdo con el jefe de una de las bandas de su famosa carambola propuso a Argiba, de la Agria Faz, al cargo y privilegios de cortesana.

Argiba, -en lengua hitita significa "escupo sobre todo lo sagrado"- hace honor a su nombre, negando la existencia de Dios de un modo militante. Desaparecida durante un tiempo, en épocas de dura persecución, se refugió en Iberia, donde se dice pasaba las horas aprendiendo el arte de destruir niños en el seno materno (por lo cual se la vincula lejanamente a la dinastía de los Idumeos, aunque no consta) y el arte de hacer tortillas españolas. Ambas prácticas siguen estando entre sus preferidas.

Naturalmente, los fundamentalistas... de siempre, los que nunca faltan, a pesar de la evolución natural de la humanidad hacia la tolerancia y el respeto mutuo decidieron emprenderla con la empática Argiba, haciendo caso omiso de la ardorosa marca canicular. ¡Cómo para canículas estaban! Kirken no les daba tregua, sabiendo que tenía poco hilo en el carrete (dicho sodomitense que significa: hacer todas las macanas que pueda mientras le dure la popularidad).

Sigue un texto en el que un conocido sacerdote del reino habría hablado de llamados telefónicos al Palacio Rosado, sede de Kirken, pero ante un anacronismo tan grosero hemos decidido expurgarlo porque se trata, evidentemente, de una interpolación posterior. Proseguimos desde un párrafo que nos parece auténtico....

Desde dicho Palacio Rosado, chasques y mandaderos iban y venían con asiduidad a la sede del Emprolijador de los Procedimientos Transparentes del Reino, el ubicuo Izbel (que en la jerga sodomítica del mercado de las pulgas significa "¿dónde hay que firmar?").

Argiba se iba de boca y no por sus inclinaciones al deporte preferido del reino. Fiel al carácter impreso en su nombre, pasaba sus días de esputo en esputo, que ni Zefir en sus épocas de mayor desenfreno hubiera podido seguirle el tren. A tal extremo llegaron sus diatribas impías y su enemistad por todo lo sagrado que diversos pontífices del reino manifestaron su indignación y convocaron a los pocos sodomitenses que no estaban pasando las vacaciones en las costas del Mar Muerto a rechazar su postulación a la Corte. No previendo, quizás, otra jugarreta del pérfido Izbel, que se mostraba asiduamente por los templos reverenciando a Dios en público, y a la vez convalidando con fervoroso ardor la postulación de todos los enemigos de su sagrado nombre a los más altos estrados del reino.

La mayoría de los pontífices del reino, habitualmente dispuestos a hacer declaraciones pomposas aunque de escasas consecuencias prácticas en los foros y mercados; o a mostrarse en los lugares públicos encabezando marchas silenciosas; o simplemente a permanecer en silencio, (siguiendo la máxima suprema de su doctrina espiritual: dolce far niente e vivere il presente), se vieron de pronto urgidos por una fuerza invisible pero arrolladora a desafiar a la locuaz Argiba. Unos primero, luego otros, fueron dardos más o menos directos, más o menos eficaces a la persona de Argiba y sus impías costumbres.

Hasta el más taciturno de los pontífices, apodado "el mudo" (no confundir con famoso cantante sodomitense), despegó sus labios y con elocuente verba y encendidos conceptos la anatematizó frente a cientos de jóvenes del Reino. En aquellos días se lo consideró un milagro y muchos incrédulos creyeron, mientras hombres y mujeres piadosos observaban las higueras para determinar si se estaban cumpliendo las señales de los tiempos postreros...

Pero Kirken no descansaba en los laureles de sus recientes victorias... "Si los pontífices se lanzan contra Argiba, aunque logre incorporarla a mi benemérita Corte llegará con la pólvora mojada...Humm. ¿Qué hacer frente a la recalcitrancia del clero sodomitense?" En estas y otras parecidas cavilaciones estaba cuando Izbel se deslizó siseante en el real despacho y susurró en el real oído -dicen antiguos cronistas de esta verdadera historia- la idea de dejar que los pontífices gastaran sus dardos en ella, y luego proponer -fingiendo solicitud y condescendencia con los pedidos pontificales- a alguna miembra de la tribu de
Argiba
, de iguales cualidades morales como las pedía su reinado, pero más prudente a la hora de expresar sus inclinaciones.

En todo caso, Argiba tenía de qué vivir, ya que cobraba entre otras lindezas unos 13.000 talentos fuertes al mes por juzgar a tiranos depuestos de los imperios de tercera categoría. Dicen que una luz misteriosa resplandeció en ojo izquierdo de Kirken (nadie ha podido ver ni éste ni fenómeno alguno en su otro ojo). Y con tierna benevolencia envió a su sumiso ejecutor a dar los pasos prácticos para inducir a los pontífices a la batalla contra Argiba, para someterlos luego a la aceptación de una postulanta de más decoroso ver. Esto dicen, no nos consta.

Algunos escépticos sostenían que la idea estaba ya en la cabeza de Kirken (o de Izbel) o de ambos antes de hacer conocer los bandos reales que anunciaban a Argiba. Poco aprovecha el saberlo... Lo más provechoso es conocer el entramado de amigos, aliados y mandantes que sostenían a Argiba y a las otras y otros miembros y miembras de sus tribu. Ciclópea tarea de recopilación de datos que, dicen, se emprendió rastreando el camino del oro proveniente desde los imperios del norte, denostados públicamente por Argiba y Kirken, pero de quienes secretamente recibían las monedas para pagar a sus sirvientes y mercenarios.

La lista de esos sirvientes y mercenarios es larga y se reproduce a continuación aquí abajo...

Aquí acaba el rollo segundo de este cronicón que hemos repetido sin cambiar ni un ápice ni una coma, tal cual lo escribiera el anónimo autor, aunque suprimiendo las partes antedichamente interpoladas."

Seguimos revisando retretes y cavernas a la espera de hallar el rollo tercero...

Escribe Marcelo Gonzalez

0 Pajaros en las ramas: