Un tropel vociferante
de mozalbetes airados
irrumpe en un hospital
dónde solo se ha quedado
el médico que en la noche
vigila el lugar callado.
-¿Dónde está?-requiere uno-
entrégalo o te matamos.
-¿Dónde está quién? ¿De qué hablan?
¿No se habrán equivocado?
-El rey, queremos al rey.
lo queremos para ahorcarlo.
-¿Al rey?, ¿qué es esto muchachos?
No hay rey, somos ciudadanos
de un país republicano
que tiene su presidente
por el cual hemos votado.
Y si hay grupos disidentes...
-Calla, ¡no mientas!, hay Rey
lo sabemos y entregadlo.
-¿Y por qué es que lo sabéis?,
¿es que le visteis acaso?
-A Él no, pero hemos visto
a su gente en todos lados.
-Y ¿por qué queréis matarlo?
¿qué os ha hecho? ¡Responded!
Un instante vacilaron
Pero al fin uno gritó:
-Lo queremos acabar
porque es loco y reaccionario.
-Pero si no le habéis visto
ni sentido hablar de Él...
¿Sabéis al menos su nombre?
-Pues claro, le dicen Cristo
y sus secuaces insisten
en llamarlo Cristo Rey.
-Pero ese Cristo ya ha muerto
nada tenéis que temer...
-¡Mientes, infame traidor!
No ha muerto, no puede ser
porque hemos visto a su gente
perder la vida por Él.
-Cristo vive, lo sabemos,
no nos podrás engañar,
¿O acaso Carlos Sacheri,
Bruno Genta y los demás
habrían dado sus vidas...
por un muerto nada más?
-¿Sabéis que tenéis razón?
Me acabais de convencer:
Cristo vive y es el Rey
y no lo podréis matar.
Y sabed que de ahora en más
yo lo voy a defender.
La diabólica mesmada
arremetió contra aquel
buen hombre sin comprender
que con esa torpe acción
engrosaban la legión,
que defiende a CRISTO REY
Gracias Juan Carlos Monedero (h)
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